Curiosidades
LOS ZAPATOS COMPARTIDOS
Era tal la privación en la que vivían algunos de los intelectuales del grupo Norte, como César Vallejo y Antenor Orrego, que en una época tenían que turnarse el uso del único par de zapatos que poseían, y que ya eran de uso colectivo, y debían salir por turnos a la calle, para poder ir calzados, pero nunca disminuyó por eso su dignidad ni su estatura intelectual (Anécdota comentada por Teodoro Ribero Ayllón).
EL VIAJE DE VALLEJO A PARÍS
Existen dos versiones sobre el financiamiento del viaje de César Vallejo a París: Una, citada por Luis Alberto Sánchez, indica que fue Julio Gálvez quien, en marzo de 1923, al conocer que le correspondía recibir una herencia familiar, compró un boleto de primera clase para viajar a Europa, que luego cambió por dos de tercera, a fin de viajar con César Vallejo, ya que conocía el riesgo que su amigo corría al quedarse en el Perú. Y dice: “Él dividió el pasaje de primera a Europa que le obsequiaron sus parientes al declararse la herencia paterna, con Vallejo, de lo que resultaron dos pasajes de tercera y un hambre de primera”.
Sin embargo, parece ser este hecho no fue iniciativa del afortunado heredero, sino obra de la silenciosa generosidad de Antenor Orrego quien, invitado por su sobrino, Julio Gálvez Orrego, a viajar con él a París en virtud a la herencia recibida, ve como prioritario ceder el privilegiado lugar a su amigo, declinando la invitación y rogándole a su vez a su sobrino que acepte ceder su sitio a César Vallejo, quien venía siendo injustamente perseguido por la ley y cruelmente repudiado por los críticos (Fuentes: Eduardo González Viaña, Teodoro Rivero Ayllón).

ANTENOR ORREGO BAZÁN
En la publicación de Luís Alberto Sánchez , La Literatura Peruana derrotero para una historia cultural del Perú, IV Edición y definitiva, tomo IV, página 1344, por alguna razón hubo un error y el renombrado historiador, político y literato, consigna el nombre del Amauta como ANTENOR OREGO BAZÁN.

UN INGRESO ANULADO
Años atrás existía un mecanismo por el cual los postulantes a la universidad solo podían presentarse a una Escuela Menor por año, ya sea la de Trujillo, Arequipa o Cuzco (no podían postular a dos el mismo año). Una vez, cuando llegaron a Trujillo las listas de la Escuela de Arequipa, notaron que un postulante de apellido Orrego Spelucín había postulado ya en la de Arequipa y se presentaba a Trujillo. Era el hijo de Antenor, y cuando su padre fue informado de ello, Orrego mandó que le anularan la matrícula por haber incumplido con la normativa (Anécdota comentada por el Prof. Eduardo Quiroz Sánchez).
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